miércoles, 27 de febrero de 2008

Su vida

A los 18 años emigré a Buenos Aires desde mi provincia natal, Tucumán, dispuesta a cumplir ese sueño que acariciaba desde niña: ser psicóloga. Sin embargo, al llegar a Buenos Aires, me impacto la situación socioeconómica y decidí cursar la carrera de sociología. Recién después de haberme recibido completé mis estudios en psicología y empecé a trabajar como psicoterapeuta de niños, incluyendo a la familia en el tratamiento puesto que siempre he defendido la idea de que los niños que llegan a terapia no son más que un emergente de la problemática familiar. Tuve en aquellos años tres maestros por los que guardo un enorme respeto: el Dr. Enrique Pichon Riviere, el Dr. Angel Fiasche y la Dra. Dora Fiasche. Años más tarde, cuando hice mi postgrado en el Centro Médico Psicológico Buenos Aires, tuve la fortuna de encontrarme con el Dr. Octavio Fernández Mouján, a quién le debo mucho de lo que aprendí respecto de las crisis vitales. Por aquel entonces, preocupada por la lógica de los movimientos del sujeto en términos lacanianos, profundicé desde esa escuela mis investigaciones en los orígenes de la conducta humana. Pero todo eso no me bastaba, necesitaba acceder a las personas desde un plano más directo; el encuadre psicoanalítico, con el cual estaba trabajando, ya no me satisfacía. Incursiono entonces en el psicodrama y viajo a los E.E.U.U., donde me conecto con el Dr. Robert Weiss, de la Universidad de Harward; de él tomo su modelo para abordar grupalmente la crisis de la separación matrimonial. Así empezó, por el año 80, mi camino en el trabajo grupal desde un esquema referencial diferente. Me resultaba conmovedor el estado de abatimiento y desesperanza en el que caían las personas luego de haber tomado. La decisión de terminar con un vínculo en el que tantas ilusiones habían puesto. Sentí la necesidad de crear un espacio transicional, donde los divorciados pudieran encontrar sentido, a lo que les había pasado, asumiendo la propia responsabilidad y participación en el hecho de separarse. Ese espacio tomó la forma de Grupos de Reflexión para abordar esta problemática. En este contexto, pude comprobar que el divorcio es un reactivador de situaciones no resueltas, anteriores al matrimonio. Cuando la separación se produce afloran rasgos de carácter que habían permanecido, hasta entonces, ocultos o poco desarrollados. Poco a poco me fui dando cuenta de que cada vez que estas personas sin pareja se preguntaban ¿qué quiero hoy para mí? o ¿qué sentido tiene mi vida sin el otro?, las respuestas no podían provenir exclusivamente del trabajo terapéutico con el tema del divorcio: quienes se formulaban estos interrogantes no eran sólo separados sino adultos que dentro de sí albergaban un niño herido y no escuchado.. La clave para empezar a trabajar en este campo la encontré en 1990, al viajar al Instituto Esalen de California; donde conocí a quien luego sería mi maestra, la terapeuta gestáltica, Lic. Susana Weinstein: Este encuentro me permitió ir focalizando la tarea en la autoestima y los mandatos familiares. De aquella época data CARPE DIEM, el Centro de Prevención y Tratamiento de las Crisis Familiares, donde actualmente trabajo con el método que da origen a este libro: la Sanación de Nuestro Niño Interior. A este centro no sólo concurren las personas que están atravesando por su separación matrimonial, sino también quienes están en crisis por viudez, muerte de un ser querido o pérdida de trabajo, e incluso jóvenes con problemas de relación, (que se presentan como tímidos). Lamentos, enojos y reproches es lo que se escucha en boca de estas personas que acuden a consulta buscando paliar su dolor. ¿Cómo ayudarlos a salir de la queja inútil y el resentimiento? aquí es cuando el niño interior tiene mucho para decir y enseñarnos. De su mano podemos descubrir como nuestros conflictos presentes son versiones actualizadas de un pasado en el que no fuimos respetados. Sin embargo, el objetivo del trabajo de Sanación de Nuestro Niño Interior no consiste en echar culpas a nuestros padres o figuras significativas de la infancia, regodeándonos en revivir cada episodio de humillación y atropello. Cada cual reconstruye su propia historia acerca de la infancia vivida, pero la memoria es una forma de ficción y, como diría Freud, "es como usted lo recuerda, no lo que verdaderamente ocurrió”. De allí que hoy lo importante es encontrar el modo de no repetir lo que tanto nos dañó. De niños dependíamos de nuestros padres, de grandes tenemos la responsabilidad de nutrirnos a nosotros mismos: a esto llamo reparentalización. Nadie puede respirar por nosotros, la respiración es hoy, no ayer, ni mañana. Así debe ser nuestra vida. Como dice el Carpe Diem horaciano:"Es preciso vivir cada momento, asignarle un valor único, reconocerlo como tal. La vida no puede ser un muelle, deslizarse a la espera de algún instante de particular intensidad, que quizás no llegue; todos los instantes pueden contener esa intensidad si se sabe descubrirla y aprovecharla; porque después la rosa pierde su lozanía, la luz apaga su resplandor, el tiempo desaprovechado solo deja espacio para el lamento inútil". Precisamente para poder encontrarnos con la intensidad del presente, es que concebí la idea de escribir este libro, con la esperanza de que las voces que aquí se despliegan sean una guía para todos aquellos que todavía no encontraron la forma de conectarse con su niño interior. Personalmente, esta tarea ardua y maravillosa, me llevo a encontrarme con mi niña y creer en ella; comprendí finalmente que todo lo que sucede en la infancia tanto el dolor como la alegría, los errores como los aciertos es lo que nos prepara para los logros presentes. Ojalá que los recuerdos de la infancia que a cada uno le aparezcan al leer estas páginas, sirvan para aprovechar la sabiduría del propio niño interior, para dejar de ser víctimas y asumir la responsabilidad de los actos de la vida adulta. Sanarnos es escuchamos una y otra vez, aceptándonos con nuestras limitaciones y posibilidades, tal como somos, transformándonos en los nuevos padres de nuestro niño interior. Desde el año 1996 resido en Costa Rica donde se hizo la segunda edición del libro ¡Pórtate Bien! Sanación de Nuestro Niño Interior y imparto talleres donde se aplica la metodología que en el mismo se desarrolla con el objetivo de fortalecer la autoestima y el crecimiento interior de las personas que concurren. Al mismo tiempo imparto conferencias vivenciales sobre el tema de la pareja (Elección de pareja, Conflictos de pareja y Divorcio matrimonial).He participado en varios programas televisivos así como en artículos periodísticos en diversas revistas. En el año 2004 recibí la equiparación del título de Psicóloga de la Universidad de Costa Rica. Matilde Garvich es Licenciada en Sociología de la Universidad de Buenos Aires y Licenciada en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Fue docente en Sociología (U.B.A). Docente de la cátedra Niñez y Adolescencia Universidad de La Plata. Exmienbro Titular del Centro Médico Psicológico Buenos Aires (Director Octavio Fernandez Moujan), escuela de posgrado en Salud Mental. Directora de Carpe Diem Centro de Prevención y Tratamiento de las Crisis Familiares. Coautora del Libro ¿Quién soy yo sin mi pareja? Crisis de la separación Matrimonial.

2 comentarios:

Ka-tica dijo...

Conocer al menos un resumen de la vida de una persona, mas que decirnos quien o como es, nos dice de que cosas son capaces, o nos advierte que tipo de sorpresas nos puede traer!!!!
Ayer por primera vez escuche tu nombre, y apareciste en mi vida, bajo el titulo de Con este si... con este no... ¿con quien me caso yo? ya que me lo ha recomendado mi terapeuta (Rafael Cordero) y buscando informacion me encuentro con tu blog, con toda esta informacion y me abre mucho el panorama!
No dudé de la recomendacion...
y ahora menos!
Iré "corriendo" a empezar a leer el libro.
Trabajos arduos, como este tuyo, son los que dejan una huella!
Gracias por seguir aqui.

Unknown dijo...

Recien leo tu comentario. Estoy en argentina. Mi teléfono 5491123841550.
Doy consulta por wassup y zoom
Un abrazo Matilde